Cinco lugares en el mundo donde se viven las más exóticas celebraciones de pascua, algunas realmente sangrientas y otras simplemente curiosas. Míralas a continuación:
1- Filipinas:
Uno de los más sangrientos rituales llevados a cabo durante el viernes santo en el mundo, donde penitentes casi desnudos y a pies descalzos caminan por las calles mientras se flagelan así mismos con varas de bambú. Muchos de ellos también practican la crucifixión con clavos, a diferencia de otros lugares donde solo se realiza con amarre. Algunos de sus participantes ostentan de haber sido al menos 24 veces crucificado.
2- Iztapalapa. México:
Singular procesión donde los habitantes de la ciudad recrean todos los personajes presentes en el vía crucis de Cristo: Soldados romanos y judíos, integrantes del Sanedrín, vírgenes del pueblo, mujeres de Herodes, la Virgen María y los apóstoles. El gran protagonista es el representante de Jesús, quien cargando una cruz de 90 kilos camina por las calles mientras es azotado, siendo finalmente crucificado en el Cerro de la Estrella.
3- Texistepeque. El Salvador:
Curiosa ceremonia que representa las tentaciones de Cristo en el desierto. En esta celebración catorce habitantes del pueblo representan a los demonios quienes con látigos intentan azotar a quien personifica a Jesús. Antes de ser vencidos por éste último, los demonios se acercan a los espectadores como advertencia de las continuas tentaciones del mundo.
4- Santo Tomás. Colombia:
Procesión llevada a cabo por personas de diferentes partes del país que realizan súplicas y penitencias a través de la auto laceración. El doloroso desfile de tres kilómetros incluye un recorrido a pies descalzos por caminos de tierra, mientras se azotan de derecha e izquierda sus espaldas, culminando finalmente dos horas después en la capilla de la Vieja Cruz.
5- Masatepe. Nicaragua:
Particular celebración llevada a cabo durante el jueves y viernes santo, durante la cual gran parte de la comunidad a rostro cubierto, se viste con trajes que recuerdan a centuriones o judíos de época, lanzándose a las calles en persecución de otros vestidos de Judas. Una vez capturados estos últimos, son atados a cadenas y arrastrados por el suelo.