El popular sitio web boredpanda.com publicó recientemente un artículo sobre este curioso lugar de apariencia casi surrealista, uno de los cementerios de autos más grandes del mundo – el Chatillon Car Graveyard en Bélgica.
Según relata esta publicación, una leyenda urbana contaría que estos vehículos habrían sido dejados por soldados norteamericanos tras la Segunda Guerra Mundial, quienes al no poder traerlos de regreso a su país, habrían decidido esconderlos en el bosque hasta que pudieran regresar y recuperarlos.
Aun cuando los habitantes del pueblo diferirían con esta historia, afirmando que es simplemente un deposito de autos viejos con vehículos fabricados después de la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que no deja de ser un escenario apocalíptico extraordinario.